En el caso de un perro, en general la relación con él es de mando, por lo menos una persona de la familia debe ser el ¨macho alfa¨ sino el perro se vuelve muy difícil para convivir, sobre todo si tiene un tamaño moderado o grande. Es animal de jauría, que domina o es dominado. En cambio con el gato, no hay vínculo de dominio; la relación predominante que asume una persona de la familia es ¨la madre¨. Por eso se da un vínculo de tanto afecto con el gato. No sé si uno lo protege... o él lo protege a uno... pero es algo de eso...
no estoy muy segura, yo creo que en mi caso hay una relación de mando... y por supuesto que la que manda no soy yo =)
ResponderEliminarjajajaja
ResponderEliminarCaramba, estamos ante un caso de humano sometido... mmm... en este caso hay que ver si el sometimiento es con agrado... ahí sería que al humano le gusta que lo vapuleen, que lo mandoneen un poco (menos mal que lo mandonea el gato y no el cónyuge o el jefe...). O si es con disgusto, señora donña pelfudo... sacúdase la modorra y entable batalla a su gato... dígale NO, NO. (Tiene que ser un NO decidido y seco, que en estos casos felinos la argumentación no les va mucho...) Por ejemplo si nos araña fuerte... NO, NO. Corto y seco. Y una derribada como haría la gata mamá, un tackleo.
Suerte...
:)