Ley de la inercia gatuna: Un gato en reposo seguirá en reposo hasta que sea movido por alguna misteriosa fuerza exterior, algo así como el sonido de la apertura de una lata de delicioso atún.
Ley del movimiento gatuno: Un gato siempre se moverá en línea recta, a no ser que exista alguna poderosa razón como para cambiar la dirección de su movimiento, como por ejemplo el sonido de la apertura de una lata de delicioso atún.
Ley de las puertas cerradas y la curiosidad gatuna: Toda puerta cerrada es una incitación a acechar. Todo gato que se precie de tal aprenderá a abrirla o de lo contrario la mirará con la suficiente intensidad y perseverancia como para que el universo se encargue de abrirla tarde o temprano.
Ley de la termodinámica gatuna: El calor se transfiere de un cuerpo caliente a uno frío, excepto en el caso del gato, en el que cualquier tipo de calor se transfiere al gato.
Ley de la conservación de la energía: Dado que los gatos naturalmente saben que la energía no se destruye ni se pierde, sino que se transforma, usan la menor cantidad de energía posible en cada ocasión.
Segunda ley de la conservación de la energía: Los gatos saben asimismo que la energía solo puede almacenarse haciendo muuuchas siestas.