Cuando el gato no está, los ratones se divierten.
Hay presencias muy necesarias, que si no existieran, habría que inventarlas...
Puede ser que no te des cuenta si están, porque son sutiles. Pero si te faltan, es como un mini agujero negro. Se extraña esa particular protección, que sin hablar ni hacerse los imprescindibles, los aprendices de ángeles nos dan por el puro gusto de darnos nomás.