
El gato acostumbra tener un andar tan sigiloso
que parece que siempre estuviera acechando
aunque en realidad no sea así
y entonces algunos se asustan...
Sugerencia: si no hay nada que ocultar,
ni motivo para tener miedo...
no te asustes...
es mucho peor lo que te puede pasar de tropezarte con un "cristiano",
dicen los que saben,
que con un felino...
(Esto es válido también con el tema de las enfermedades:
bien dicen los veteranos que son muchísimas más las enfermedades que puede contagiarte otro ser humano, que las que podría transmitirte un gato.)
:)