La vida se abre camino
a veces a los golpes
o son soplos tibios
o ráfagas repentinas
pero siempre siempre
con el asombro y la simpleza
de los ojos de tu niño
las alas de tu vuelo
las risas del vecino
los saltos de tu gato
ahí escondido.
lunes, 26 de octubre de 2009
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