Cuando hay un solo gato en la casa, es decir que el gato no tiene la posibilidad de ejercitarse y divertirse con un par, es probable que juegue juegos que no siempre te resulten agradables. Por ejemplo, acumular maripositas y escarabajos (de verdad, vivientes... bueno, más o menos vivientes...) en la alfombra del cuarto de los niños, o tirar con la pata para abajo de la mesa del living las piedritas o caracoles que pusiste de adorno en el centro de la mesa, o guardar en un escondite bien escondido objetos brillantes que haya podido pescar por ahí como brochecitos de pelo, clips del escritorio, muñequitos peludos o hasta adornos que se hayan caído del árbol de Navidad. Esto parece tener que ver además de con su predilección del juego por el gusto del juego mismo, con cierta memoria ancestral de acumular objetos o sujetos de caza en un lugar seguro que solamente él domina, para volver a disfrutar más adelante... No hay mucho que pueda hacerse... Aunque si ves que repite mucho estas conductas, puede ser buena idea regalarle algún ratoncito o pelota de esas especiales para gatos que se pueden encontrar en las veterinarias, para que sustituya lo ajeno por lo propio...
viernes, 28 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario