No pierden tiempo con cuestionamientos lógicos ni se enredan en disquisiciones de la mente. Aprovechan el ahora al máximo. Se abren a la experiencia sensorial, a la intuición, a lo natural. Se acomodan a la circunstancia, le sacan el jugo. Quieren a quien los quiere bien. Y miran con cautela pero con una discreta distancia y cariño a quienes les desconfían porque no los conocen. Estaré hablando de algún monje tibetano, de algún Deepak Chopra de la sabiduría postmoderna, de un practicante de zen... ?
domingo, 10 de julio de 2011
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