Hay quienes dicen que el perro es muy buen compañero y el gato no. Pero bueno, yo tengo experiencias de excelente compañía con ambos. (Bueno, hasta con una gallina se puede ser compañero... yo tuve una vez una en casa que me recibía cuando llegaba de estudiar y se sentaba conmigo a tomar el sol...)
A veces lo que carece el ser humano es de observación y paciencia. El gato puede ser muy atento a cada uno de nuestros movimientos, y si se asusta, no le inspiramos confianza, o tiene una personalidad un poco perseguida por haber tenido una niñez no muy fácil, puede convertir esa atención en una actitud que nos cuesta descifrar y confundimos con indiferencia. Esa aparente indiferencia es simplemente un mecanismo de defensa. Todo está en saber mirar, y saber tratarlo. Ninguna criatura reacciona mal si se le dedica tiempo, se le da tiempo, y se la trata con cariño.
A veces lo que carece el ser humano es de observación y paciencia. El gato puede ser muy atento a cada uno de nuestros movimientos, y si se asusta, no le inspiramos confianza, o tiene una personalidad un poco perseguida por haber tenido una niñez no muy fácil, puede convertir esa atención en una actitud que nos cuesta descifrar y confundimos con indiferencia. Esa aparente indiferencia es simplemente un mecanismo de defensa. Todo está en saber mirar, y saber tratarlo. Ninguna criatura reacciona mal si se le dedica tiempo, se le da tiempo, y se la trata con cariño.
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